Texto y fotos: Rafa Pérez
La construcción en Bangkok de grandes rascacielos, en los últimos años, hizo florecer un nuevo atractivo para la ciudad: bares y restaurantes en las azoteas que proporcionan la experiencia de tomar algo o cenar a decenas de metros de altura, cientos en ocasiones, sobre la ciudad. Cada poco tiempo se inaugura algún nuevo local de estas características, lugares con pocas mesas y muy deseadas, por lo que es imprescindible reservar, especialmente si se quiere ir durante uno de los momentos más especiales del día, el atardecer y el encendido de las luces de la capital tailandesa.
Una característica común a todos estos locales es que suelen considerarse de alto nivel y se exige un mínimo de etiqueta en el vestido: no se puede ir en pantalón corto y los hombres no pueden usar sandalias. Las cenas en estos restaurantes de altos vuelos no son baratas, pero las vistas de la ciudad bien merecen el esfuerzo. Tomar una copa es bastante más asequible. Si bien los precios multiplican los que se pueden encontrar en el resto de la ciudad, hablamos de tarifas muy asumibles para los estándares occidentales. Así que no hay excusa para darse el capricho. Éstas son algunas de nuestras recomendaciones.
Sirocco Sky Bar
Está en el hotel Lebua y dispone de mucho espacio para moverse y caminar por encima de los edificios de Bangkok. La barra del bar, en la que elaboran sofisticados cócteles, cambia de color cada 90 segundos. El restaurante afirma ser el más alto del mundo al aire libre. Desde esta terraza de la State Tower, a 250 metros del suelo, se tiene una de las mejores vistas del río Chao Phraya.
Un bar pequeño, el Moon Bar, en un extremo de la azotea ocupada por el restaurante Vertigo, fue uno de los pioneros en ofrecer la ilusión de tomar una copa por encima del mundo. Tienen fama sus atardeceres, para los que han creado incluso un cóctel, el Vertigo Sunset, hecho de zumos de piña, arándanos, lima y Malibú. En el piso 61 del hotel Banyan Tree Bangkok.
En el piso 55 de uno de los edificios más peculiares de la ciudad, el CentralWorld, un conocido centro de compras. Un enorme arco sobre la barra del Red Sky Bar va cambiando de colores cada pocos segundos, pasando del azul al amarillo y del fucsia al verde. El bar tiene una vista de 360 grados sobre la ciudad. La gastronomía del restaurante Red Sky, a cargo del chef francés Christian Ham, es excelente. Es imprescindible reservar.
Está en la popular zona de ambiente de Sukhumvit 11, en el piso 33 de Fraiser Suites. Su restaurante es una rareza en el sudeste asiático, una fusión de cocina peruana y japonesa. En el tercer nivel está el bar Gramercy Park, obra de Soho Hospitality, que te traslada a ese exclusivo rincón verde neoyorkino, árboles y bancos incluidos. Tiene vistas de 360 grados sobre la ciudad, cada noche es temática —ceviche, japonesa, latina o pollo loco, entre otras— y hay música en vivo.
Se ha puesto de moda para picar alguna cosa mientras se toma uno de los creativos cócteles que preparan en la barra, con puestas en escena que llegan a incluir humo en los mismos. Muy recomendables los muslos de pato confitados y el atún con aguacate y wasabi. Entre los cócteles, el Bangkokpolitan, el Siam Sangría o el Mellow Mood, entre otros. También sirven los más clásicos de la coctelería internacional.
Ha sido una de las últimas aperturas de la capital. Está ubicado en la planta 76 del Kim Power Mahanakhon, el edificio más alto de Tailandia. El interior es obra de uno de los grandes diseñadores del mundo, Tristan Auer. Existe la opción de complementar la visita con la entrada al Mahanakhon Skywalk, un mirador con una vertiginosa zona con el suelo de cristal que desde el primer momento se ha convertido en uno de los lugares más fotografiados de Bangkok en Instagram.
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