Vista, oído, olfato, tacto y gusto. Los cinco sentidos que cobran su máxima expresión en Tailandia. La música thai, cuerda, viento y percusión, relajante como su mar y sus famosos masajes, punto fuerte del tacto. La vista, que se despierta sorprendida ante la belleza de un paisaje conjunción de mar, playas, vegetación, arquitectura, mercados e infinitos horizontes. Pero hoy hablaré del olfato y del gusto. Dos sentidos siempre unidos. Mi pasión por los viajes siempre va de la mano de mi otra gran pasión, la gastronomía. Conocer a fondo la cocina del lugar al que viajas es conocer la cultura, las raíces y la forma de ser de sus habitantes. Y en Tailandia la gastronomía es tan fundamental como pasear por sus templos o caminar por sus playas. La Street Food o comida callejera tiene en Tailandia y en concreto en Bangkok su máximo exponente. Parte fundamental para entender la vida tailandesa. El tailandés apenas come en su casa, diariamente acude a los puestos de las calles para optar por sus platos favoritos de arroz, fideos de arroz como el Pad Tai, sopas, cerdo, pollo o ternera, todo siempre bien adobado con curry, jengibre, cilantro, pimientos, soja, o el peculiar lemon grass. Picante, si, no olvido el picante que tanto me fascina y siempre recomiendo como fórmula magistral para fortalecer el estómago pese a que muchos crean lo contrario. Frito, al vapor, natural o cocido, todas las formas de cocción son dominadas por los cocineros callejeros que ante nuestros ojos elaboran nuestro plato deseado. Es evidente que el aroma callejero quedará para siempre marcado en nuestra memoria olfativa. Una perfecta mezcla agridulce, salada, ácida inunda las calles para abrirte el apetito.
Los amantes de las frutas tropicales estarán en Tailandia de enhorabuena. La variedad es infinita y siempre aromática, fresca y deliciosa. Hasta el apestoso durián que por su olor es preferible comerse en privado, tiene un sabor sorprendente pues no se corresponde con su aroma.
Las piñas son jugosas y extremadamente dulces, el rambután, el mangostán o la fruta de dragón, papayas, tamarindos, maracuyá, melones o sandías, el aguacate sabroso y de textura perfecta. Y todas siempre talladas con las formas más curiosas e insospechadas que harán de su presentación toda una llamada de atención.
Y los más aventureros tendrán a disposición insectos, arañas, sapos, huevos podridos,( rosas por fuera, negros por dentro…) y tripas para hacer de tripas corazón… En cualquier caso, acompañemos nuestros descubrimientos gastro con una buena cerveza tailandesa o con una copita de Sangsom con hielo…
El marisco y el pescado también tienen su estatus bien reconocido, sobre todo en las zonas costeras. Siempre bien condimentado y con el toque picante, suelen ir acompañados de verduras y algas.
La comida china en Bangkok es tan fácil de encontrar como imprescindible visitar su Barrio Chino, el más antiguo del mundo y en el que además de restaurantes continuaremos paseando entre el caos y los puestos de comida callejera versión china. Pasear por el mercado de Sampeng es adentrarse en el corazón y en el aroma de la China más tradicional.
La vanguardia en la gastronomía tai también es puntera y encontramos fabulosos restaurantes donde la sofisticación no se limita a la buena presencia. Los ingredientes más tradicionales de la cocina tailandesa son tratados con sabiduría e innovación para conseguir sabores, mezclas y texturas jamás antes probadas. Toda una experiencia para los paladares más exigentes.
Dos cenas recuerdo con tanto placer como añoranza. Aquella en el Above Eleven, una espectacular fusión entre Japón y Perú. Dos de las mejores cocinas del mundo unidas en las alturas, ya que desde la terraza del restaurante en la planta 33, tendremos también las mejores vistas de Bangkok y un atardecer entre rascacielos que será difícil de olvidar.
Una decoración moderna pero acogedora para disfrutar de un amplio elenco de exquisitos cebiches y anticuchos al divertido ritmo del Pizco Sour.
Recomiendo ir al baño de hombres porque jamás habremos estado en un baño con tales vistas (son más impresionantes desde el de chicos, pero a las mujeres nos dejan entrar a “echar un vistazo”).
El Above Eleven está en la Sukhumvit Soi 11, afamada calle entre los más marchosos. Así que después de nuestra cena podremos bajar calorías al son de la buena música en el Levels, el Oskar o no muy lejos el Maggie Choo´s.
Recuerdo también la última cena de Bangkok en el Restaurante Sra Bua by Kiin Kiin en el Hotel Siam Kempinski. Recientemente calificado como uno de los 50 mejores restaurantes de Asia. Allí los distintos y deliciosos sabores tailandeses se elaboran los las técnicas culinarias más sofisticadas. Una experiencia única e inolvidable para los más sibaritas.
Aroma y paladar entre mis mejores recuerdos de Bangkok.
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