Texto: Rafa Pérez; Fotos: Rafa Pérez/Turismo de Tailandia
En cualquier viaje por Bangkok podemos llenar la agenda con una amplia variedad de visitas y actividades: algunos de los templos más impresionantes del país, el Palacio Real, el barrio de Yaowarat, los bares en azoteas o la navegación por el río Chao Phraya, son solo algunas de las opciones. Pero la capital de Tailandia también es una buena base para explorar los alrededores, con atractivos patrimoniales, naturales o culturales, a poca distancia y fácilmente accesibles gracias a una buena red de transporte público, de calidad y puntual, o en excursiones que se pueden contratar en las agencias de la ciudad. En nuestro post de hoy, os detallamos algunas de nuestras recomendaciones.
La intrincada red de los canales que desembocan en el río Chao Phraya, alrededor de Bangkok, hace que parte de la vida diaria tenga que hacerse sobre una pequeña barca, como en el caso del comercio. Los mercados flotantes son una de las imágenes más clásicas asociadas a Tailandia, cerca de Bangkok podemos visitar los de Damnoen Saduak, el más conocido, el de Amphawa y el de Taling Chan, donde decenas de vendedores recorren el sistema de canales en sus embarcaciones para vender sus productos.
El Ferrocarril de la Muerte fue una línea de tren entre Bangkok y Rangún, Birmania. La historia de su construcción tiene tintes muy dramáticos, ya que los japoneses utilizaron mano de obra forzada, principalmente prisioneros de guerra, que sufrieron todo tipo de abusos. Hoy es posible viajar en un tren con algunos impresionantes pasos por viaductos sobre el río Kwai. En el punto conocido como Hellfire (Fuego del Infierno) hay un museo conmemorativo donde es posible conocer la historia de este trazado ferroviario. Los trenes que hacen el trayecto hacia Nam Tok, en Kanchanaburi, salen desde la estación Thonburi en Bangkok.
Ya que estamos en Kanchanaburi, no podemos irnos sin visitar uno de los grandes iconos de Tailandia. El puente sobre el río Kwai, de la famosa película de David Lean, es fruto de la imaginación del autor de la novela en que está basada la película, el escritor francés Pierre Boulle. Debido a que muchos viajeros se desplazaban a Kanchanaburi en busca del puente, el gobierno tailandés decidió, en el año 1960, rebautizar un río en el que sí había un antiguo puente de la Segunda Guerra Mundial —que los japoneses trajeron desmontado desde Java— y que encajaba con el de la película. Fue entonces cuando el río Mae Klong pasó a llamarse Kwai.
Muy cerca del puente metálico que puede visitarse ahora existió uno de madera —que aún se parecía más al que aparece en la película—, pero fue bombardeado por la aviación británica en 1945 y no volvió a ser reconstruido. Actualmente, es posible cruzar el puente a pie, caminando sobre la vía, donde unos espacios habilitados permiten apartarse para que los trenes circulen.
Ayutthaya
La ciudad de Ayutthaya creció en la confluencia de los ríos Lopburi, Pasak y Chao Phraya. Sus habitantes recondujeron los cauces hasta convertir la ciudad en una isla donde los desplazamientos se realizaban navegando por una extensa red de canales. Todo se transportaba en embarcaciones y el pueblo vivía en construcciones levantadas sobre pilones de madera. La ciudad llego a estar habitada por un millón de personas. Situada a unos ochenta kilómetros al norte de Bangkok, la que fue la ciudad más luminosa de Oriente debe ser una visita imprescindible en todo itinerario por Tailandia.
Su Parque Histórico alberga templos como el Phra Si Sanphet, con sus tres grandes chedis que ocupan el espacio central y guardan las cenizas de antiguos reyes. Una de las imágenes más conocidas de Ayutthaya es la cabeza del Buda entre raíces, situada en Wat Mahathat, que simboliza la fascinante percepción del arte y de la naturaleza que reflejaba la ciudad en su período de mayor esplendor. Son varias las teorías que se aventuran a adivinar cómo quedó atrapada la cabeza entre las raíces de la enorme higuera, entre ellas una que sugiere que el árbol creció alrededor de la cabeza de Buda cuando el templo quedó abandonado y otra que cuenta que un ladrón escondió la cabeza de piedra ante la imposibilidad de transportarla con facilidad y ya nunca regresó a por ella.
El mercado del tren
El mercado de Mae Klong, una localidad al suroeste de Bangkok, es uno de los más curiosos del mundo. En ocho ocasiones diarias los vendedores tienen que dejar paso al tren retirando toldos y mercancía. En algunos puestos tienen sus productos sobre un sistema de raíles y vagonetas que facilita la tarea. Unos cuentan que los vendedores ya tenían licencia para vender allí antes de que los raíles invadieran su espacio, otros que han sido los vendedores los que han ido ganando cada palmo a los raíles. En la estación de la localidad hay un cartel que anuncia los horarios de llegada y salida del tren.
La ciudad de los monos
El núcleo histórico de Lopburi es muy atractivo por la mezcla de arquitecturas thai y jemer. Se puede recorrer andando sin demasiado esfuerzo, aunque resulta recomendable evitar las horas centrales del día debido a la fuerte insolación. Lopburi perteneció a los jemeres y después al reino de Sukhotai, pero no fue hasta la hegemonía de Ayutthaya cuando vivió los días de mayor esplendor. Entre los monumentos que se pueden visitar destacan el palacio del Rey Narai, que contiene elementos arquitectónicos thais, jemeres y europeos; y algunos templos de marcado estilo jemer, como Wat Phra Si Ratana Mahathat y Prang Sam Yot (Prang Sam Yod), donde no podemos perdernos las tres torres o prangs que simbolizan a los dioses hindúes Vishnu, Shiva y Brahma.
Pero más allá de haber sido una de las capitales del antiguo Siam, lo que hace famosa a la ciudad de Lopburi es la presencia de miles de monos, macacos concretamente, que campan a sus anchas por las calles de alrededor del templo Prang Sam Yod. Estos intrépidos primates se desplazan por el núcleo urbano, donde se les puede observar colgados de los cables eléctricos o saltando de tejado en tejado. Se alimentan de la comida que les proporciona la población local y es recomendable tener cierta precaución con ellos porque sienten una fuerte atracción por lo ajeno.
Cascadas de Erawan
Las populares cascadas de Erawan están situadas en la cordillera de Tenasserim, en la provincia de Kanchanaburi, dentro del parque nacional del mismo nombre. El parque fue fundado en el año 1975 y ocupa una superficie de unos 550 kilómetros cuadrados. Las cataratas Erawan tienen siete niveles y forman numerosas pozas de color verde esmeralda. El nombre de las cataratas hace referencia al elefante blanco de tres cabezas de la mitología hindú porque el nivel superior de las cataratas recuerda a las formas de una cabeza de elefante. El entorno de las cascadas tiene un relieve bastante abrupto, con colinas de piedra caliza y pequeños valles por donde discurren numerosos arroyos. El parque está abierto a los visitantes todo el año, incluso los días festivos. Desde Kanchanaburi se puede acceder en autobuses públicos.
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