Son muchas las firmas que hasta la fecha han pasado por el blog, primero con un post y después con una entrevista que les hemos realizado. En cada una de ellas se les ha preguntado por el País de la Sonrisa y esto es lo que han contado. En siguientes post iremos colgando más respuestas… aquí, las primeras, de cinco profesionales como la copa de un pino.
P: Tailandia sabemos que es un país especial para ti y que conoces bien: ¿Qué imagen te viene a la cabeza cuando piensas en él?
R: Me viene a la cabeza mi primer viaje a Asia, que fue a Tailandia. Mi primera inmersión en ese exotismo oriental, en esa cultura tan diferente a la nuestra. Ahora, después de haber vuelto muchas veces, la imagen que me viene es la de un país tolerante, amable en extremo, siempre con una sonrisa, donde todo fluye. Con unas playas espectaculares, algunas de las mejores ruinas arqueológicas de Asia y con una gastronomía que me encanta; sobre todos sus picantes.
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P: ¿Cuándo fue” tu primera vez”…en Tailandia? ¿Y la última?
R: Con Ana, mi amada y dulce esposa, nos gustaba viajar por India y otros países de Asia, de “mochileros”.
Así que hicimos un viaje “backpacker” a Tailandia y el flechazo fue instantáneo. (¡No con Ana que ya había sido, sino con el país!) Era cautivador, sonriente y exótico, y tremendamente fácil para viajar. La última, ha sido hace muy poco, en Diciembre. He revisitado áreas que he vuelto a descubrir como Ayuthaya, la provincia de Phuket, y Bangkok siempre fascinante…
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Jesús Calleja
P: Hablemos de viajes: ¿Qué tiene Tailandia para que vuelvas año tras año?
R: Hay dos países que siempre recomiendo: Tailandia y Nepal. Ambos tienen una característica que es difícil de encontrar por el mundo: su gente extraordinaria, siempre con una sonrisa, gente que siempre te ayuda, que nunca ves algo que te dé mal rollo, es decir, hay otros países que cuando vas a salir por la noche te lo piensas porque te da mal rollo, pero en Tailandia me puedo ir al barrio que me dé la gana, al pueblo que me dé la gana, a la hora que sea y no tengo el más mínimo temor de que me vaya a ocurrir absolutamente nada. Encima, siendo extranjero, te van a cuidar más, te van a proteger y a ayudar, es decir, es un país donde te sientes especialmente cómodo y eso es muy difícil de encontrar en estos tiempos. Ese es mi principal valor de Tailandia. En segundo lugar, he de decir que es un país con un exotismo inacabable, no te hartas nunca; y en tercer lugar, yo, que vivo estresado en tiendas de campaña y con una vida al límite, de repente que me pueda meter en un gran hotel, disfrutar de una gastronomía maravillosa, hacer unos buceos extraordinarios pues… no creo que exista un país como Tailandia en todo el mundo. Por eso es un lugar al que tengo que ir al menos una vez al año.
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Xavier Moret
P: Danos un momento “mágico” en Tailandia, con Shinga o Chang incluida…
R: Son tantos los momentos mágicos vividos en Tailandia… Recuerdo varias noches con amigos en la playa, en Krabi, en Ko Chang o en Ko Tao, por ejemplo. Estás bebiendo una cerveza a la luz de la luna con un grupo de amigos y, de repente, te fijas en las palmeras, en las rocas, en las estrellas, en las olas que se mecen suavemente, en la agradable temperatura que te envuelve y piensas: “No puede haber un lugar mejor. ¡Menuda suerte tengo de estar aquí!”. En los viajes hay momentos así, epifanías que hacen que te pellizques para convencerte que es real lo que estás viviendo.
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P: Fotográficamente hablando, ¿qué te gusta más de Tailandia?
R: Si esto lo has preguntado a varias personas intuyo que muchas habrán coincidido con la respuesta: la sonrisa de la gente, que es sincera y que es el mejor vehículo de comunicación no verbal que tienen los thais. Y cuando alguien sonríe de verdad, eso se ve en las fotos. Y otra cosa menos genérica fue la festividad del Loy Krathong, con la que los thais celebran el fin del monzón. Cientos de familias y amigos se reúnen en playas, lagos o ríos para dejar sus ofrendas en el agua. Después encienden los khom loy (linternas de papel) que se quedan flotando en el aire, miles de ellas. Fue una experiencia increíble fotográfica y personalmente hablando.
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