Gracias a Jim Thompson, que hizo de este tejido natural un artículo codiciado en todo el mundo, y a Sirikit, la reina madre de Tailandia y reina consorte del difunto rey Bhumibol Adulyadej, que es en gran medida la figura responsable del surgimiento de la industria, la seda tailandesa se ha convertido en uno de los recuerdos más populares entre los visitantes de Tailandia y es un importante elemento de la economía tailandesa.
Jim Thompson, cuyo nombre se vincula en la actualidad a la seda tailandesa de calidad, era un estadounidense destinado en Bangkok en la década de 1940. Sin intención de volver a su país tras la Segunda Guerra Mundial, invirtió en seda en los años 50 y 60.
A diferencia del misterioso final de su vida, cuando desapareció en 1967 mientras practicaba senderismo en Malasia, la seda tailandesa vivió un periodo de florecimiento. El espíritu empresarial vanguardista y visionario de Jim Thompson llevó a la revista Time a afirmar que “casi por sí solo salvó de la extinción a la industria de la seda tailandesa”.
Durante décadas, los campesinos locales que sabían tejer solo producían piezas para uso doméstico durante su tiempo libre y la temporada no agrícola. Hoy en día, algunos campesinos de todo el país siguen considerando la tarea de tejer, no únicamente seda, como una segunda fuente de ingresos.
Una vez que el nombre de Jim Thompson se hizo mundialmente conocido, la industria local de la seda tailandesa pasó a ser exportada a todo el mundo. Sin embargo, los tejedores provinciales seguían manteniendo sus líneas de producción muy limitadas.
Con el apoyo de los organismos gubernamentales y la ampliación de las oportunidades de mercado, algunos aldeanos locales empezaron a asociarse y a buscar sinergias para incrementar su capacidad de fabricación y acabaron formando, en sus propias aldeas, pequeñas empresas de producción de seda.
Durante el reinado del difunto rey Rama IX, la reina Sirikit siempre adornaba las ceremonias reales y los actos oficiales con trajes de seda tailandesa. Las notables contribuciones de la reina a la industria de la seda tailandesa se exponen en el Museo Textil Reina Sirikit de Bangkok.
El Centro Real de Artes y Oficios Folclóricos Bang Sai, gestionado por la Fundación para la Promoción de Ocupaciones Suplementarias y Técnicas Relacionadas la Reina Sirikit (Fundación SUPPORT), también proporciona la formación necesaria a la población local durante su pausa en las rutinas agrícolas.
Esta instrucción originó el desarrollo de la sericicultura tailandesa en provincias del noreste como Surin, Khon Kaen y Nakhon Ratchasima. Esta última es uno de los mayores focos de actividades de producción de seda tailandesa. Una visita a la región noreste representa una oportunidad de oro para que los amantes del textil aprendan más sobre todos los procesos.
La creación del Instituto de Sericicultura Reina Sirikit, en 2005, contribuyó a garantizar que un gran número de pequeños productores y tejedores de seda de todo el país recibieran el apoyo necesario para aumentar y mejorar su producción.
Además de proporcionar a los productores y tejedores de seda los conocimientos necesarios sobre producción y comercialización, el instituto se esforzó por establecer normas específicas para la calidad de la seda y el tejido.
Desarrollaron un sistema de clasificación llamado Royal Peacock Mark, con cuatro categorías basadas en el contenido de fibra y la naturalidad del tejido. Esta son la seda real tailandesa, la marca del pavo real dorado; seda clásica tailandesa, la marca del pavo real plateado; seda tailandesa, la marca del pavo real azul; y mezcla de seda tailandesa, la marca del pavo real verde. Esta clasificación resulta muy útil a la hora de comprar.
Copyright 2015 BLUEROOM - Todos los derechos reservados - Aviso Legal - Politica de privacidad