Uno de los grandes atractivos del País de la Sonrisa es su riqueza cultural y patrimonial, que se manifiesta en su arquitectura local donde también priman las influencias occidentales. Hoy, nuestro post en el Blog de Turismo de Tailandia está dedicado al estilo sino – portugués que se ha convertido en un reclamo por sí mismo para visitar el Sur de Tailandia. ¡Pasen y vean!
Phuket
Este recorrido arquitectónico comienza por Phuket. Si el mes pasado se hablaba del destino como un referente turístico y deportivo en el país durante el mes de junio por su Maratón Internacional, la isla más grande de Tailandia, rodeada de mar y bellas postales de playa, esconde una joya urbana del mismo nombre: Phuket.
La arquitectura chino – portuguesa de la ciudad de Phuket es una de sus señas de identidad. Como una de las ciudades más antiguas del País de la Sonrisa y con una larga historia, sus antiguos edificios construidos hace más de 100 años impregnan de personalidad cada una de sus calles del casco antiguo a través de azulejos, puertas y ventanas, conformando uno de los grandes atractivos del viaje que se puede visitar a través de diversas rutas turísticas.
Si se continúa hacia el norte de Phuket, la ciudad de Takua Pa en la provincia de Phang-nga, importante centro de minería de estaño en la primera mitad del siglo XX, es otro punto para descubrir en esta ruta arquitectónica. La carretera principal está llena de comercios a la par que nuevos cafés y hostales que surgen al amparo de la ciudad vieja.
Trang
La ciudad de Trang, en la provincia del mismo nombre, juega un papel clave como vía de acceso del comercio a Nakhon Si Thammarat, el centro comercial del sur de Tailandia.
Inmersa en la historia, poblada principalmente por etnias tailandesas y chinas, la industria del estaño y el puerto han sido un eje fundamental de negocio en su desarrollo urbano. Con un gran número de casas construidas en un estilo chino-portugués, el viajero podrá dar una vuelta por su casco antiguo, por los alrededores de la estación de tren o el mercado y hacer un viaje en el tiempo.
Se trata de una de la ciudades con la arquitectura chino-portuguesas mejor conservada de Tailandia, ya que todavía cuenta con una gran cantidad de casas decoradas con este estilo, llenas de historia por dentro y por fuera: sus habitantes siguen siendo las mismas familias, algunas de ellas, propietarias después de un siglo.
Entre sus grandes atractivos, además del Museo Nacional, inspirado en las antiguas mansiones chinas, el viajero no podrá pasar por alto la gran fachada roja de la fábrica de arroz “Hub Ho Hin”, que fue construida según los estándares británicos. Antigua casa de almacenamiento de caucho, ahora sirve como un muelle privado para pequeñas embarcaciones.
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