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MayHubo un tiempo en que el pintoresco pueblo de Pai, situado en las colinas del norte de Tailandia, estuvo muy alejado de las rutas habituales. Los expatriados hippies que habían acudido a la “País de las sonrisas”, instalándose inicialmente en el sur, se fueron trasladandos hacia el norte hasta que descubrieron Pai, donde crearon una comunidad de almas librepensadoras. Aunque la mayoría de ellos hace tiempo que se marcharon, su espíritu bohemio aún se percibe paseando por las callejuelas de Pai. Hoy en día, Pai está bien comunicado para los viajeros —aunque el viaje desde Chiang Mai todavía tiene un punto de una aventura) y sus suaves colinas han ido adquiriendo fama entre los viajeros. Estos son algunos de los motivos por los que Pai merece una visita.
Experiencias en plena naturaleza
Los amantes de la naturaleza pueden acercarse al Parque Nacional de Huai Nam Dang. En el parque podemos visitar cascadas, aguas termales sulfurosas y es un excelente lugar para la observación de fauna, donde destacan los ciervos sambares y numerosas especies de aves. Pero si de naturaleza hablamos, la localización natural más extraordinaria de Pai es su famoso cañón, un accidente geográfico realmente excepcional situado a pocos kilómetros del pueblo.
Mercados de Pai
Una de las mejores opciones para comer en Pai, donde probablemente se puede probar la mejor comida de la ciudad, es el mercado callejero diario. Los territorios del norte del país tienen sus propios platos y recetas que suelen ser menos picantes y más aromáticos que los del sur. A diferencia de otros mercados situados en zonas peatonales, que se activan más bienal caer la noche, en este mercado popular puede comerse a cualquier hora del día. Además de la gastronomía, los mercados de Pai ofrecen una buena selección de prendas y accesorios de fabricación local con algunas piezas realmente originales, prestando especial atención a la joyería artesanal.
Pueblos cercanos
El entorno de Pai está plagado de pequeños núcleos habitados y muchos de ellos están a muy poca distancia, como Mae Yen. El entorno rural de Mae Yen contrasta con el animado bullicio del centro del pueblo, destacando una imponente estatua blanca de Buda. Otro lugar en los alrededores de Pai que merece una visita es Santichon, un pueblo, que recuerda a los pueblos de Yunnan, en el que los visitantes pueden aprender todo sobre los aspectos culturales que llegaron desde esa región china y disfrutar de las maravillosas vistas desde el mirador de Yun Lai. las vistas son aún mejores si se acompañan con la degustación de una taza de té verde orgánico cultivado en las laderas de las colinas circundantes.
Aventuras para todos los gustos
La aventura se da por descontada en un lugar rodeado de tantas maravillas naturales. Es posible descender el río Pai disfrutando de una de las mejores experiencias de rafting de Tailandia. Otra de las actividades que se pueden realizar es explorar los campos y bosques del entorno en bicicleta de montaña. De vuelta a la ciudad, todavía podemos encontrar muchos bares que rezuman el ambiente hippie de aquellos días en que los primeros occidentales descubrieron Pai y pusieron a esta pequeña ciudad en las rutas turísticas.
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