Xavier Moret

 
Aprendí de muy joven, cuando empecé a ir por Europa en autostop, que viajar es la mejor manera de conocer mundo y de conocerse a uno mismo. Quizás por eso siempre aspiré a dedicarme a la literatura de viajes. Me gusta viajar, me gusta conocer gente, me gusta leer y me gusta escribir. Así pues, ¿podría haber algo mejor que convertirme en escritor de viajes? No lo veía nada fácil, pero con el tiempo he tenido la suerte de conseguirlo. Publiqué mi primer libro de viajes, América, América, tras un viaje por California y el Far West en 1998. Vino después el relato de un viaje por Australia, Boomerang, pero el espaldarazo definitivo me llegó en 2002, cuando mi libro sobre Islandia, La isla secreta, fue galardonado con el Premio Grandes Viajeros. A partir de aquí, viajar se convirtió en mi manera de vivir, lo que he reflejado en cientos de artículos y en varios libros, el último Grecia, viaje de otoño.
 
Los viajes me han llevado por todos los continentes, de Alaska y Groenlandia a la Patagonia y la Antártida, de Uganda y Mozambique a Costa de Marfil y Zimbabwe, y de Australia y Nueva Zelanda a Filipinas, Kirguistán o Japón. Y sigo viajando porque el mundo no cesa de sorprenderme, porque pienso que conocer al otro es una aventura apasionante y porque tengo la sensación de que los viajes son siempre iniciáticos. Hay países a los que viajas una sola vez y otros que no te cansas de visitar. Entre estos últimos están, para mi, Islandia, Grecia y mi querida Tailandia. Estoy deseando volver allí otra vez.